31 agosto 2010

Breve Despotricadero Anti-Pop

“El Pop es para Idiotas”- Billy Corgan

No está claro si esta declaración del peloncito Billy ha sido una manifestación de virilidad o producto de un arrebato senil.

En reciente entrevista, William Corgan (porque creemos que ya está muy viejo para decirle Billy), hizo una serie de declaraciones incendiarias que me motivaron a hacer algunas reflexiones un piquito más profundas.

Aquí la entrevista originalmente aparecida en el periódico Reforma.

Debo decir que, en principio estoy de acuerdo con lo citado por Don William, llevo diciendo lo mismo por años; lo que me desconcierta un poco es todo el contexto en el que se gestan estas aseveraciones.
Quiero creer que hubo errores de traducción, porque algunos conceptos suenan anacrónicamente apolillados.

Corgan empieza por decir que siempre ha defendido ser un artista alternativo. Bueno, no sé si la expresión “del año de la canica” les diga a algo, pero el “alternativo” y la canica son contemporáneos. Cualquier persona medianamente versada en música popular dejó de usar el término “alternativo” hace diez años ¿por qué William se viene a dar baños de “alternatividad” a estas alturas? Con qué va a salir después, con que ha descubierto un interesante concepto llamado redes sociales y que ya tiene su perfil en una llamada Hi5. Quiero decir ¿nadie le comentó que los años han pasado?, ¿Creerá que su tocayo Clinton sigue en la Casa Blanca?... como ya mencioné, -tal vez- se deba a un error de traducción.

William sigue: “Siempre he sido alternativo y me interesa romper las reglas del pop, porque es para idiotas y se ha reducido básicamente al negocio. El pop se ha basado en tomar a una banda buena y esclavizarla al modelo popero. Así, muchos grupos terminan perdiendo su esencia. No puedo imaginar a los grandes de los años 60 al servicio del negocio de hoy en día”.

Bueno, esto ya se ha mencionado en el Manifiesto del RocknoRock. Sinceramente estaba empezando a creer que yo era el único libre pensador moderadamente cuerdo que opinaba así. He tratado de explicar esto los últimos años con muy poco éxito, lo que me lleva a concluir que, o yo soy poco elocuente o mi audiencia es medio palurda... y popera.

La cosa se pone verdaderamente Bizantina a continuación. Corgan sigue: “La generación que nos tocó en los años 90 estaba llena de integridad y de pasión por la música, pero la que siguió se enfocó en mucha mierda”.

Esta declaración yo la twitearía en el popular hashtag #nomelasdesllorando. Es decir, estoy muy de acuerdo con la parte de la generación mierda pero, que la generación de los noventa era todo integridad y pasión, no sé, creo que está empujando las cosas más allá de sus límites.

Tengo un recuerdo vívido de esa década y, aunque en su momento también la consideré como el pináculo de la civilización occidental, al paso de los años me he dado cuenta que no fue tan pura y perfecta como quisiera(mos) recordarla; tuvo también sus sinsabores y su mucha cola que le pisen.
No voy a empezar un debate generacional en este momento, eso sería motivo de al menos un libro completo o un ensayo bien tripón.

No se puede negar que los noventa tuvieron un prolijo aporte cultural, pero igual lo tuvieron los ochenta y las décadas que le precedieron, cada una destacando a su manera; no así los 00's, tan mediocres que ni siquiera se han tomado la molestia de bautizarlos debidamente, yo (con inmerecida cortesía) me refiero a ellos como la década del milenio ¿alguien tiene algo mejor?

Quiero ser muy puntual en esto. En general apoyo totalmente lo que dice Don William, es simplemente que la manera de decirlo fue muy desafortunada, suena francamente como salido de la caricatura de un estereotipado personaje de la Generación X.

Más adelante en la entrevista, Corgan se lanza contra Lady Gaga. Ahí sí se mostró un poco más prudente, supongo que le sacó a patear (más) el avispero.
Sé que hay mucho roquerillo wannabe y poperos de clóset que son fans de ambos personajes, de la Gaga y de Smashing Pumpkins; en teoría, este episodio debería de ocasionarles una crisis de conciencia (esto es, desde luego, concediendo que tengan una conciencia), ya que, en la visión de Corgan, se confrontan directamente la vieja honestidad del alternativo con la plástica exhuberancia del pop. No quiero ser radical pero, esta es una de esas situaciones donde no se puede tener una pata en cada lado de la frontera, no sería coherente, como tampoco sería coherente poner un dispensador de condones en la parroquia local... -ahora sí que, o sea cómo- (¡¿?!).

Corgan termina diciendo (no se mencionan en el artículo online, sólo en la versión impresa):

“... Amo la música y, pese al pop y a lo estúpido que hay en la industria, creo que lo mejor, musicalmente hablando, está por hacerse...”

De nuevo, yo no sé de dónde sacó estos aires de grandeza, aunque es cierto que ya desde los noventa a Billy se le veía cada vez más perder contacto con la realidad y, como José Alfredo, sentirse superior a cualquiera.

Probablemente sea una cuestión semántica, pero la forma en que maneja el buen Billy los términos “alternativo, “pop”, etc... me hace pensar que está forevereado o que ya se amargó. Decir que el alternativo es cool y el pop es para idiotas me suena tan, tan, pero tan anticuado. Insisto, en esencia no es que esté en desacuerdo pero, seguir hablando de cosas alternativas es de ruquitos, y satanizar al pop en general es un poco excesivo. Vuelvo, yo no sé si a Corgan le dijeron que los tiempos han cambiado.

No es que el Pop per se sea malo; lo que a cualquier admirador del Rock debe (o debería) molestar, es ese pop con fines exclusivamente comerciales, sin sentido ni aporte, más allá de lo escandaloso. Ese pop frívolo, ramplón e infantil que domina la escena de la música popular desde hace más de diez años, personificado por divas enseñadoras de nalga, boybands para quinceañeras y para los sexualmente ambiguos, o las más peligrosas boybands con guitarritas, pretendiendo ser hombres, como la plaga de Nu-Metal y el Happy Punk que se manifestaron a principios de la década; banditas pop que se quisieron hacerse pasar por bandas genuinas, y desgraciadamente con bastante éxito en su intento.

Pero bueno, como dije, probablemente sea una cuestión de semántica. Aunque eso no quita que las declaraciones de Corgan suenen muy anticuadas.
Tampoco hay que perder de vista que, la primera etapa en la carrera de The Smashing Pumpkins terminó en una nota muy baja con los álbumes “Machina: the Machines of God” y “Machina II”, ambos del año 2000 con malas críticas y ventas; “Adore” que, aunque popular, ya acusaba algunos visos de decadencia en 1998. Y mejor ni mencionar la “segunda vuelta” de la banda, que regresó con “Zeitgeist”, en 2007.

Total que, The Smashing Pumpkins -Light-, digo esto porque aparte de Corgan, ninguno de los otros 3 miembros originales está presente, se presentaron en el Auditorio Nacional en el marco del Festival MTV World Stage México, compartiendo escenario con 2 bandas que, irónicamente representan todo aquello que la cultura alternativa de mediados de los noventa no representaba y repudiaba, 30 Seconds to Mars; que son una de esas boybands con guitarritas mencionadas anteriormente. No sé si a Corgan le mencionaron que se presentaría a lado de una banda que, de haber existido en 1995, el mismo les hubiera atravesado el cráneo de un escupitajo, porque vaya que son huecos estos emos, liderados por el también niño actor, Jared Leto.

… a toro pasado (también citado por otras fuentes como “Update”):

Vengo escribiendo esta entrada desde el hace una semana, pero apegándome a los más altos valores procrastinantes, resulta que se ha terminado hasta hoy.

Aparentemente el concierto de The Smashing Pumpkins Light resultó algo tibio. Sorpendió a muchos el hecho de que la banda de mayor cartel, The Smashing Pumpkins, destinada a cerrar el evento, se encargara de abrirlo en esta ocasión. Más que una afrenta a la trayectoria de los Pumpkins, representó una movida inteligente de los organizadores, que entendieron que no podían someter a los asistentes a 4 horas de tortura antes de ver a la banda estelar. En cualquier caso el objetivo no se cumplió, pues el recinto fue decayendo en asistencia y emoción con el paso de la noche.
Uno de los puntos más bajos de la noche fue el cierre de la actuación de The Smashing Pumpkins, que terminó con un montaje muy mal hecho de lucha libre... sí, está leyendo bien, lucha libre; en el que unos enmascarados rudos sometieron al líder de la banda para finalmente ser rescatado por los luchadores técnicos, según entiendo.
No sé si este espectáculo, que es malo hasta para los estándares del circo Atayde, sea considerado en la antigüa tierra mágica de Chicago (ciudad nativa de la banda) como un “performance alternativo”, porque aquí, simplemente es vulgar. Después de esto, el espectáculo sólo podía ir en una dirección, hacia abajo.

Es claro que The Smashing Pumpkins ya no es lo que algún día fue, ahora que se ve forzada a participar en un clásico show itinerante, de esos en los que sólo se animan a participar bandas desempleadas (sin álbum ni gira propios) o que claman por obtener un poco de atención.

Para concluir; independientemente de las anteriores disertaciones, este artículo podría resumirse en las siguientes sentencias:

Enunciado A: Los noventa no fueron tan grandiosos como quisiéramos recordarlos... sin embargo:

Enunciado (subordinado) B:
Los noventa son como la Grecia clásica comparados con la primera década del milenio, parecida al oscurantismo medieval.

Como no puedo dejar que un viejito forevereado me gane en declaraciones incendiarias en mi propio blog, termino con esta reflexión que intitulo “Donde Rock hubo, cenizas quedan”:

Desearía de todo corazón creer en la visión de Don William Corgan de que en los próximos años el Rock renacerá de entre sus cenizas y el reino de terror del Pop llegará a su fin. Sin embargo, me vuelvo pesimista por varios motivos; uno de ellos es que, hasta la fecha, no se ven trazos de que nuevas bandas puedan llenar los zapatos de sus antecesoras noventeras, por el contrario, el hueco es tan grande, que ha dejado campo para que bandas que ya estaban dos metros bajo tierra hagan regresos “vintage” como el de Alice in Chains, haciendo en 2010 exactamente lo que hacían y como lo hacían en 1994. Otras bandas contemporáneas amenazan con reuniones similares; algunas ya dieron muestra de lo patético que puede ser su intento, como el caso de Stone Temple Pilots, recién “reunidos” con todo y Scott Weyland que, no quisiera sonar draconiano pero, era mucho más talentoso cuando andaba hasta el copete de estupefacientes.

Como ya dije en varias ocasiones durante este artículo, apoyo incondicionalmente las declaraciones de Billy Corgan pero, creo que su mensaje no tienen quórum.
¿A quién exactamente le está hablando Billy cuando dice que “el pop es para idiotas”? ¿A los subnormales fans de 30 Seconds to Mars, a los de Lady Gaga, a los de Tokio Hotel, o a los de Green Day?

¿Cómo se le explica a una generación de idiotas que “el pop es para idiotas”? Ni a los pensadores clásicos se les hubiera ocurrido este calibre de paradoja.

Mejor aún.- ¿Cómo una generación tan limitada culturalmente, que usa la totalidad de su hemisferio derecho para controlar sus funciones vitales y el derecho para operar su teléfono celular va a poder distinguir entre el Rock y el Pop?

Para no cerrar esta nota en actitud bocabajeada, les dejo un video de The Smashing Pumpkins en su época más brillante. Puede ser usado como tutorial para banditas de Lilos y otros mamarrachos como los 30 Seconds to Mars, aunque sea para que sepan cómo solía sonar una banda de Rock.







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