15 noviembre 2011

Bailando con Roger Daltrey

Soy un férreo defensor del adagio: “Los hombres de verdad, no bailan”.
[¿Alguna vez vieron a Chuck Norris bailar?, ¿a Steve McQueen, Charlton Heston, Sean Connery o Charles Bronson?. Y sólo para clarificar conceptos con aquellas escépticas descreídas, un ejercicio de consciencia: Si se encontraran en un callejón oscuro frente a 3 sujetos sucios, apestosos y malencarados, posibles barristas del Club América prestos a la barbarie... ¿a quién desearían tener a su lado, a Clint Eastwood o a Justin Timberlake? (quien probablemente sería el primero en bajarse los pantalones; saben a qué me refiero). Descanso mi caso].

De cualquier forma, en R+nR reconocemos que después de tocar en una banda, el segundo mejor “fast way to pussy” para el hombre normal es el baile (esto es triste, pero hay cosas aún más torcidas en el mundo, como la democracia).
De manera que, si hay que bailar, ¡por lo menos hay que hacerlo con dignidad!. Por ello, nos hemos dado a la tarea de mostrar los pasos de baile característicos de los grandes héroes del Rock de todos los tiempos
Como esta es la primera lección, escogimos uno de los zapateados más sencillos en los que pudimos pensar:


Bailando con Roger Daltrey.
o... mis almidonados pantalones me quiebran las pelotas.

The Who, una banda legendaria, hoy acreditada como emblemática de mediados de los sesenta, revolucionaria y paradigmática del movimiento Mod. Es justamente en este su periodo -clásico temprano- que The Who se convirtió en un fenómeno legendario con la que todos recordamos (o queremos recordar) a esta banda y su vocalista Roger Daltrey. Más adelante, pasado 1968, The Who perdió la inocencia; se dejó influenciar del llamado Art Rock y empezaron a hacer música más barroca, parecida a algo que el Payaso Krusty haría en una parodia intelectualoide... no precisamente mi época favorita de The Who. En fin.

Una de las aportaciones de The Who a la cultura Rock fue la introducción del vandalismo en la propia escenografía e instrumentos musicales. A pesar de tal desfiguro, sin antecedente hasta entonces, su vocalista Roger Daltrey se mostraba aparentemente tímido en el escenario, incluso taimado y al margen de la destrucción... y poniendo atención, es fácil saber por qué.

The Who - Kids Are Alright.



Se puede pensar que “El Daltrey” es un estilo creación original del autor, pero creo que está lejos de ser así; en realidad es un estilo que se define por sus pantalones ajustados.
Cualquier buen tipo que se haya visto en la circunstancia de usar unos pantalones bien apretados del tiro y el asiento, eventualmente se las verá haciendo de forma espontánea “el Daltrey”.

Para hacer el Daltrey:
“El Daltrey” demuestra influencias de Swing y del viejo Rock&Roll de los '50, pero en una forma muy constreñida, por obvias razones.
Para bailarlo basta con usar unos pantalones muy ajustados o ponerse un suspensorio con talla de niño, y listo, lo demás sale por consecuencia. El ligero bamboleo de caderas (tratando de hacer un poco más de espacio para -eso-), la incomodidad y el parpadeo nervioso se dejarán venir solos. Es opcional la actitud de niño abusado, como si les hubieran dicho "¡si te mueves, te madreo!"; créanme, no van a tener ganas de mover las piernas de cualquier forma.

The Who - Substitute



“El Daltrey” es uno de esos pasos que, como el danzón, si se hace bien “se puede bailar sobre un ladrillo”; claro que de forma menos vistosa. También es cruelmente conocido como “el ratón en la trampa pegajosa”.
También se dice que ese característico tartamudeo en el fraseo del clásico “My Generation” no fue una decisión filosófica, es más probable que haya sido provocado por la estrangulación de gónadas.

The Who – My Generation



Con el pasar de los años los pantalones de Roger se fueron aflojando y pudo ofrecer pasos más “orgánicos”, pero mucho menos memorables.
Aunque aceptamos que “El Daltrey” hoy día sería considerado un pase muy discreto y aburrido, sigue siendo excelente para los tímido-antisociales que estando en un fiesta se refugian en una esquina y sólo se dedican a observar... tal vez demasiado tímidos también para preguntar dónde queda el baño.

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04 noviembre 2011

Reporte R+nR: Guns N' Roses

Con invitación de @ATMorgana nos presentamos ante Guns n' Roses; en otra crónica escrita una semana después del evento... mismo tiempo que tardaron mis oídos en dejar de zumbar.

Guns N' Roses es resultado de un combinado entre las bandas angelinas Hollywood Rose, de Axl Rose y la ya reconocida en la escena hard rock, L.A. Guns, de Tracii Guns; juntos: Guns N' Roses (1985), no hay pierde. El mismo año, el autoritario Axl se las ingenió para botar a todos los ex-L.A. Guns y conformar la que a la postre reconocemos como la formación clásica (más no original) de GN'R: Axl Rose, Slash, Izzy Stradlin, Duff McKagan y Steven Adler.

GN'R tiene 6 álbumes grabados, sólo 3 buenos, pero esos le han bastado para convertirse en un clásico indiscutible de todos los tiempos.
“Appetite for Destruction” (1987) es fundamental en la discografía de quien se precie de gustar del buen Rock. Le siguió un regularcito “G N' R Lies”, pero en 1991 la banda regresó para despacharse con la cuchara grande con el álbum doble “Use Your Illusion I-II”, que los posicionó permanentemente como una banda legendaria.


Guns N' Roses, Welcome to the Jungle – Palacio de los Deportes, Ciudad de México.



Después llegó la era alternativa que, salvo muy honrosas excepciones, barrió con toda clase de artistas nativos de los ochenta; en ésos reformistas años, ser identificado como -de los ochenta- era más feo que pasearse con la bragueta abierta... intencionalmente. No es coincidencia que muy pocas bandas hayan sobrevivido este cisma.
GN'R lo estaba haciendo muy bien, había atravesado el horizonte de eventos (1992) con bastante éxito, pero en 1993 salieron con “The Spaghetti Incident?”, una de las más grandes metidas de pata que la historia del Rock pueda recordar. La banda cometió el mismo error que muchas contemporáneas ochenteras: se quisieron hacer los alternativos. El experimento, un álbum compuesto por covers de Punk y Glam Rock les reventó en la cara de fea manera. Tampoco ayudó que uno de los covers perteneciera al nazi, satanista y conspirador para cometer asesinato Charles Manson; esto, en los políticamente correctos años noventa fue muy mal visto y atrajo críticas muy negativas... aunque era cuestión de tiempo antes que el mal álbum fracasara por sí mismo.
Para 1994 GN'R empezó a planear su nuevo álbum pero se presentaron toda clase de peleas, lo que propició que los integrantes “aventaran su Barbie” y fueran desertando uno a uno en los años siguientes.


Guns N' Roses, Live and Let Die – Palacio de los Deportes, Ciudad de México.



El curioso caso de Chinese Democracy

Si en 1994 hubiéramos hecho una apuesta sobre qué llegaría primero, si la democracia a México o el sexto álbum de GN'R, los momios hubieran favorecido totalmente al (aún sin nombre oficial) Chinese Democracy... ¿quién iba a imaginar que lo primero llegaría 8 años antes que el segundo y que ambos serían igual de decepcionantes?.

Sin tener el dato preciso, no es difícil adivinar que “Chinese Democracy” es el álbum que más tardó en grabarse, ¡la friolera de 13 años! (1994-2007). Durante todo ese tiempo, el Chinese... se convirtió en una especie de chiste parecido a aquellos que vaticinan el fin del mundo: siempre anunciado, jamas sucedido.
Después de 13 años de afinar, re-escribir, pulir y re-grabar, uno esperaría una obra maestra, pero no. Chinese... llamó mucho la atención y generó mucho hype (en buena parte por morbo), pero que no les quede duda, es el peor álbum de GN'R (o al menos el segundo peor).


Guns N' Roses, You Could Be Mine – Palacio de los Deportes, Ciudad de México.



En 2008 finalmente se estrenó el larga, larga, largamente anunciado sexto disco de GN'R, con el sencillo homónimo, Chinese Democracy, que ni siquiera suena a Axl Rose, pero tiene todo lo que un tema de Rock pesado debe tener, es ruidoso, poderoso, con actitud... sólo le faltó ser bueno.
Las Power Ballads son emblemáticas del Rock pesado, sin ellas los músicos sólo obtendrían camorra y nada de pussy (... y entonces ¿cuál sería el punto de estar en una banda?). El Chinese... contiene tres baladas muy, muy modestas: Street of Dreams, Sorry y la más rescatable, This I Love, pero que tampoco da el ancho.
También contiene algunos resbalones absolutamente fuera de lugar como “Better” que, si alguna vez se preguntaron “¿cómo sonará una banda de hard rock haciendo indie?”, la respuesta es... mal. "Madagascar" es un tema que suena muy retro, está excelente para fondear escenas de apasionado sexo gratuito en thrillers de hace 20 años, pero es nada trascendental; y en esa misma tónica el resto de un rechoncho álbum con 14 temas.


Guns N' Roses, Sweet Child O' Mine – Palacio de los Deportes, Ciudad de México.



Aunque -técnicamente- Guns N' Roses nunca se desintegró, casi 15 años sin material nuevo hacen que su regreso en 2008 cuente casi como una “reunión”. Considerando eso, hay que decir que fue un “regreso” muy bueno. En años recientes muchos artistas han vuelto del retiro sin fuerza ni propuesta, sólo por regresar y cobrar su tajada del mercado de la nostalgia, con discos improvisados que no son ni la sombra de lo que alguna vez fueron. Pensando esto, el “regreso” de GN'R fue digno... malo, pero al menos digno.

Desde 1994 Guns N' Roses experimentó con una gran variedad de músicos para darle vida a su nuevo proyecto. La alineación actual de Guns N' Roses incluye desde luego al miembro fundador Axl Rose (vocales) y a Dizzy Reed (teclados), no un miembro original pero ha estado con la banda desde 1990. Además Ron “Bumblefoot” Thal (guitarra líder), Richard Fortus (guitarra rítmica), DJ Ashba (guitarra), Tommy Stinson (bajo), Pitman (teclados) y Frank Ferrer (batería). Estos músicos aunque sin duda virtuosos, no alcanzan el carisma ni dan el espectáculo de los originales; en el escenario se desempeñan bien, pero donde más se nota la ausencia de los patriarcas es en la contribución a la hora de componer.


Grand Finale (ver min. 4:30):
Guns N' Roses, Paradise City – Palacio de los Deportes, Ciudad de México.



El Concierto

Ahí donde los ven, Guns n' Roses son una de las bandas que más veces se han presentado en el Palacio de los Deportes de Ciudad de México, ¡un total de 6!, suficiente para nombrarlos alcaldes en Foursquare. Su primera visita fue en Abril de 1992 con la gira “Use Your Illusion Tour”, 2 veces más el año siguiente con la extensión de esa misma gira, luego en 2007 dentro del “Chinese Democracy World Tour”, finalmente dos ocasiones más en este 2011, dentro del “Latin American Tour 2011”. Si en OCESA saben de relaciones públicas, ya deberían haber puesto en la zona de camerinos una cubeta para vómito dorada nombrada en honor a Axl Rose... digo, como detalle, porque los ejhm, “rockeros” de hoy día ya son muy sanos y no se presentan a los conciertos en estado (tan) impertinente.





Axl Rose tiene una muy bien consolidada fama de patán, así que el pronóstico de retraso era predecible. A sabiendas de esto hay que cuestionarse quién es más culpable, si Rose por empezar endiabladamente tarde, o uno por llegar a tiempo. El boleto decía 21 hrs., la banda salió poco más de 3 horas después, para un posible nuevo récord nacional.
Como probablemente este “retraso” estaba contemplado (creo), los organizadores tuvieron la “brillante” idea de incluir ¡3 bandas abridoras!, yo no sé con qué objeto. Las bandas fueron: Poc, una Belinda pero más “rockerota”, The Vulture y Ágora, 2 banditas que no estaba buenas ni para unos quinceaños de barrio. Este detalle no se agradece; si el objetivo era “calentar” al público, mejor hubieran salido a pintarnos “cremas” o a mostrarnos el dedo.

Antes de iniciar el concierto el escenario se veía muy poco prometedor (reciclado de la gira anterior pero con otro acomodo): Una pantalla principal y 4 pantallas LED medianas al centro, 2 pantallas más pequeñas y de baja tecnología (de proyector) a los extremos, presumiblemente para ver tomas en vivo; además de las acostumbradas luces robóticas y una especie de mallas de gallinero que iniciado el show nos dimos cuenta que se componían de luces entramadas que daban un efecto de profundidad interesante; pero en general nada que anticipara un despliegue tecnológico interesante, como estamos acostumbrados en este tipo de espectáculos. Pero una vez comenzado el show verdadero pudimos constatar que, aunque no tan impresionante técnicamente como otros, estuvo bastante bien aprovechado como complemento a la actuación.



En realidad fue un muy bonito espectáculo, de esos que cada vez se ven menos seguido: ¡un genuino show de Rock de vieja escuela!, con llamaradas, detonaciones y pirotecnia; algo que desde los 90's empezó a escasear puesto que este tipo de manifestaciones empezaron a ser consideradas como burdas e innecesarias, incluso infantiles (nunca vieron a Eddie Vedder colgado de un arnés, o a Thom Yorke arrancarle la cabeza a una gallina, ¿o sí?)... yo no sé, el caso es que dan resultado.

Pasada la media noche, la banda anteriormente conocida como Guns N' Roses (... que, de hecho se sigue llamando igual aunque sólo conserva a uno de sus integrantes originales) finalmente nos honró con su presencia. GN'R a pesar de tener 25 años de carrera, apenas llega a los 6 álbumes editados (5 ½, siendo cínicos), así que con mucho trabajo tiene material para llenar un setlist suficientemente robusto de 20 temas, sin embargo entre covers y segmentos instrumentales se las ingeniaron para presentar un show ¡de 32 tracks!; aunque sólo 21 fueron temas originales de la banda, para un total de poco más de 3 horas de concierto.


Axl y compañía abrieron con la entusiasta pero poco convincente Chinese Democracy, aunque después de más de 3 horas de espera si hubiese abierto con una de Camila, igual se hubiera agradecido. Como acto seguido nos dejaron ir el clásico Welcome to the Jungle, y la cosa empezaba a pintar muy bien porque, refiriéndome a la sabida reputación patana de Axl, pensé que podía escatimar los hits por privilegiar su muy mediano nuevo álbum. Le siguieron un par de éxitos menores del Appetite for Destruction, que con el pésimo sonido apenas y se alcanzaban a distinguir. Difícil saber si esto fue mala ingeniería o el bien conocido problema de acústica en el también llamado “Palacio de los Rebotes”.

Los minutos y las canciones seguían pasando y yo empezaba a preocuparme seriamente porque los hits esperados por todos seguían sin aparecer. Como es por todos conocido, un concierto regularmente dura cerca de dos horas, tiempo que alcanza para unos 20 temas; bueno, pues nos aproximábamos a las dos horas de tocada y los clásicos brillaban por su ausencia. De 17 interpretaciones tocadas (porque no todas fueron canciones, abundaron las intervenciones instrumentales), sólo 4 correspondían a sus añorados éxitos. Pero en la segunda mitad del show el listado corrigió el rumbo y al final se incluyeron prácticamente todos los temas deseables.




El viejo Axl se ve menos vivaracho que muchos de sus contemporáneos, está notoriamente más “esponjadito” y ya no hace tan seguido sus conocidos “avioncitos” a todo lo largo del escenario, pero la verdad es que sigue siendo un buen frontman y es perfectamente capaz de dar un buen show.






El look con el que se presenta actualmente es menos cuestionable que aquel infame de las rastas pelirrojas, pero sigue siendo excéntrico (se me figuró a Jack Nicholson en la parodia “Mars Attacks!”, de Tim Burton), con unos gestos que me recordaban a Pedro Infante o a Resortes, incluido éste, donde abría ampliamente la boca moviendo los ojos como sorprendido.
Los nuevos miembros jamás van a alcanzar ni una fracción de la iconografía lograda por los originales, pero digamos que... cumplen. Un muy buen espectáculo.










El futuro de Guns N' Roses es incierto y volátil, igual que los últimos 15 años. Se ve improbable que puedan editar nuevo álbum en los años venideros, el Chinese... tuvo la suerte de tener el “efecto morbo” de su lado, pero esa carta no se puede usar dos veces (por lo menos no en la misma década); otro álbum malo que no conecte ni colecte nuevas audiencias y GN'R podría quedar definitivamente confinado al circuito de la nostalgia... pero, parafraseando a Bogart: Siempre tendremos Appetite for Destruction.



Xtra en el canal YouTube de R+nR: El momento en que Axl Rose se da un sentón mientras interpretaba Knocking on Heaven's Door, durante el concierto del martes 18 en el Palacio de los Deportes.


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