Éste blog se la pasó catatónico las últimas semanas, así que el siguiente review va a tener un involuntario sabor retro, puesto que el evento al que hace alusión terminó hace dos meses.
Resulta que, entre el 23 de Abril y el 13 de Junio del presente año, se presentó la instalación “77 Millones de Pinturas” del artista de multimedios Brian Eno en el Anahuacalli, en Ciudad de México.
¿Qué diablos es el Anahuacalli?
El Museo Diego Rivera- Anahuacalli se encuentra ubicado en lo que en tiempos de Rivera era el barrio de Coyoacán, en el límite sur de la ciudad, actualmente absorbido por el avance urbano (no confundir con la Casa-Estudio Diego Rivera en San Ángel). Su destino original y que aún cumple, es el de alojar la vasta colección de piezas prehispánicas del muralista mexicano (más de 50,000).
Fue “diseñado” por el mismo Diego, aunque pudo haber sido proyectado por el que diseña los edificios de playmobil. Es una mala imitación de lo que sería una construcción prehispánica, hecha con la inocente mano de alguien que claramente no tenía formación en Arquitectura.
Desde el punto de vista arquitectónico, resulta una payasada vernácula y una mentada de madre a la ergonometría, sinceramente yo no encuentro ninguna diferencia entre éste edificio y los ambientes simulados con cartón encontrados en los parques temáticos que tanto les gustan a los gringos, muy al estilo Las Vegas; pero éste cliché sirve para que los visitantes extranjeros puedan decir “cool! These mexican dudes make everything like, you know, pyramids and pinatas and stuff, they're so different from us”... cosa que, you know, les fascina creer.
No quiero ser muy rudo con el Anahuacalli, después de todo, a pesar de su humilde (o cuestionable) propuesta arquitectónica, es un icono y uno no puede negar la majestuosidad del edificio y el emplazamiento. Definitivamente es impresionante y hay que conocerlo.
Bueno, éste no es un blog de Arquitectura, está en mis planes futuros iniciar uno, pero mientras veamos...
¿Quién diablos es Brian Eno?
Muy difícil es definirlo, pues se refiere a sí mismo como un -No Músico-, a pesar que los que le conocemos, ha sido por esa disciplina en la que ha logrado mayor reconocimiento. Por otro lado, su pasión y área de interés es más cercana a la de un artista visual/experimental... lo que lo convertiría en un -artista multimedia-, sin embargo Eno dice también despreciar esa etiqueta. En éste artículo lo vamos a llamar por su verdadero nombre, que es Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno... ¡en serio!
A Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno se le reconoce como uno de los padres de la música ambient. Inició sus primeros experimentos con la música electrónica a mediados de los '70, aunque grabó un par de álbumes de rock progresivo previamente, además de haber trabajado con Roxy Music. No domino el trabajo de Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno en el ambient pero, ya saben, toda la música ambient suena igual, como a música para aeropuertos y ¡hey!, de hecho así se llama su disco de 1978 “Ambient 1: Music for airports”. A lo largo de su carrera, Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno ha colaborado con docenas de artistas importantes como productor, mezclador, etc... No incluyo dicho trabajo porque algunos artistas me resultan demasiado incómodos para mencionar pero, en serio, son muchos y de la más alta talla. En realidad, es más por estas colaboraciones que por su trabajo solista que sabemos de Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno.
Tampoco quiero ser muy rudo con la música experimental de Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno porque, aunque dejé muy atrás la etapa en la que podía interesarme la música ambient, me apego al cuarto mandamiento del Decálogo del Rock+NoRock y respeto el lugar de Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno en la historia de la música.
Pero este no es un blog de música, así que pasemos a lo que nos atañe. Y de hecho SÍ es un blog de música, pero este es un artículo sobre arte-instalación.
Fue de @ATMorgana la iniciativa de ir a la conferencia ofrecida por Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno en el Teatro de la Ciudad. Dicha conferencia tenía como objetivo presentar la instalación “77 millones de Pinturas” en el Anahuacalli, pero por problemas logísticos fue aplazada y terminó ofreciéndose a dos semanas de estar montada la exposición.
En la conferencia, Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno ofreció algunos argumentos interesantes aunque poco sólidos sobre la visión de su “arte”, justificando sus orígenes e influencias. Divagó durante casi dos horas sólo para concluir que, cito: “Lo que hago es importante”... aunque en realidad NO lo es; si algo sabemos que NO va a cambiar al mundo, eso es el arte.
¿Qué diablos son 77 Millones de Pinturas?
Siendo cínico (el plato de la casa), “77 Millones de Pinturas” es un caleidoscopio digital de US$20,000.
En una sala completamente oscura, 12 pantallas proyectan unas 20 fotos diferentes sobrepuestas en 3 capas, apareciendo en una secuencia asincrónica de imágenes compuestas por figuras geométricas, ilustraciones que probablemente fueron producto de malos experimentos con Microsoft Paint y filtros de Photoshop y otras que juraría que forman parte de un catálogo de tapices abstractos para baño.
A lado de los monitores hay una caja de luz y una par de montículos de arena también iluminados, estos últimos son recursos favoritos de los artistas cuando se quieren hacer los interesantes.
Todo esto va acompañado con un soporífero soundtrack de música ambient que fácilmente se puede escuchar en millares de instalaciones multimedia hechas por cientos de autores desde hace décadas. De hecho, adivino que toda esa música viene en un álbum doble llamado “Regular ambient music for your generic Instalation”; pero esto no me consta, así que no me hagan tanto caso.
Para apreciar la visión psicodélica, en todos los recintos donde la instalación fue mostrada alrededor del mundo, se colocaron lugares para sentarse. Hay que decir que los sillones del Anahuacalli resultaban propicios para la meditación trascendental... o acurrucarse cándidamente y echarse un “coyotito”.A lado de los monitores hay una caja de luz y una par de montículos de arena también iluminados, estos últimos son recursos favoritos de los artistas cuando se quieren hacer los interesantes.
Todo esto va acompañado con un soporífero soundtrack de música ambient que fácilmente se puede escuchar en millares de instalaciones multimedia hechas por cientos de autores desde hace décadas. De hecho, adivino que toda esa música viene en un álbum doble llamado “Regular ambient music for your generic Instalation”; pero esto no me consta, así que no me hagan tanto caso.
El resultado de la mezcla de imágenes, que incluyen una pantalla para crear iluminación de fondo, teóricamente generará alrededor de 77 millones de exposiciones diferentes. Para Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno y según mis cuentas, ver cada exposición durante 30 segundos tomaría unos 73 años para ver todas las posibles combinaciones, sin contar comidas e idas al baño. Aunque si me preguntan, para mí hubiera sido más que suficiente con 77 fotos y 15 minutos de observación, que es el tiempo en que la instalación deja de tener interés.
77 Millones de Pinturas resultó una obra muy decepcionante y expongo mis motivos a continuación:
1.- La idea de poner una secuencia de imágenes en un monitor y alegar que se trata de una instalación multimedia es muy vieja (más vieja que el “alternativo ¡y eso ya es muy viejo!).
2.- No me importa mucho que la idea sea reciclada, pero me irrita que las -así llamadas- pinturas que componen la instalación, sean tan ridículamente simples y carezcan de sentido en lo individual y en conjunto. Es claro para mí que el “artista” ni siquiera se esforzó en que las imágenes fueran interesantes o tuvieran algún contenido o discurso.
3.- También puedo aceptar que el objetivo de la instalación no sea el asombrar, ser original o tener un mensaje, y que simplemente aspire a la humilde meta de crear un -ambiente- e interactuar con la percepción individual del espectador. Muy válido, pero esto también lo hacen los proyectores de Disney para prevenir el Síndrome de muerte súbita en bebés, hay unos monísimos. Lo mismo hacen las lámparas de lava y los protectores de pantalla.
4.- Me rompe las pelotas que a estas alturas de la civilización, los así llamados artistas, sigan dándose esos aires de grandeza diciendo que su trabajo está lleno de significado y concepto, cuando en realidad fue hecho en 15 minutos con MS Paint y Flash. Como dije en el inciso anterior, puedo aceptar la digna humildad de una obra, pero no el esnobismo del autor que quiere hacer pasar su juguetito como una pomposa pieza de arte.
5.- He visto video-instalaciones muchísimo más interesantes y creativas en el Museo del Chopo y el MUCA (el viejito) hechas por becarios locales.
6.- Como propuesta artística me parece, en el mejor de los casos, mediocre, hasta podría creer que Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno se burla de nosotros poniendo una serie de dibujos sin terminar en Paint.
Como empecé diciendo, esta reseña les será poco útil puesto que la instalación se retiró hace varias semanas. Por lo que a estas alturas, a nadie voy a salvar de pagar MXP $80 por irse a anestesiar el trasero.
Por lo manifestado aquí, sería fácil adivinar que no recomendaría la obra, sin embargo, sí lo haría. Para formarse un criterio y tener una opinión, no hay mas que observar y valorar cuantas manifestaciones sean posibles.
Dicho esto, en el entendido de que para muchos hispters y auto-nombrados intelectuales, su idea de cultura es ir a ver banditas indie al Pasagüero o sacarle fotos al platillo gourmet que ordenaron en un bistrot de la condechi y publicarlas en twitter.
[¡Auuuu! Eso debió doler ¿verdad?]
De nuevo, para no terminar en una nota baja, les dejo algo de la producción musical de Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno, campo en el que se desempeña mucho mejor que en el de la plástica. Es “By this river”, pre-cio-sa.
Gracias a @ATMorgana por las aportaciones y sugerencias a este artículo.
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1 Échate un solo de teclado (...comentarios):
Dr. Cáustico,
Qué gusto leerle nuevamente, y sobre todo con la sorpresa de este artículo tan esperado por mí.
Efectivamente como comentamos tanto en la conferencia de introducción a "77 Millones de Pinturas", como en la instalación de la misma, Brian Eno debe estar pasando por una especie de crisis existencial, la cual está afectando su percepción del arte al igual que su contacto con la realidad, y como producto de ello, lo más que logra provocar es una intensa necesidad de meditación…
Definitivamente el talento de nuestro amigo Eno está en la música y no en otras disciplinas…
Aún así, no dejo de pensar que me encantaría tener ese caleidoscopio en mi habitación para noches de insomnio, o mejor aún para veladas psicodélicas...
Gracias por la mención, y como siempre por su perfecta y dulce complicidad en este evento.
Y sí, nuevamente acertó al cerrar su brillante y cáustico artículo con lo mejor del álbum “Before & After Science”, esta canción que deja a cualquiera ensimismado, divagando y sin palabras…
Bravísimo! Me quito el sombrero y quedo en espera de sus próximas publicaciones.
Un Abrazo,
Su @ATMorgana
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